miércoles, 16 de noviembre de 2016

Deseo tribal

El hip hop llegó a las series. La hizo Nexflit y se llama The Get Down. En la trama se intercalan (igual que en la serie El Patrón del Mal) segmentos de documentales como Dream City, de Steven Siegel, un film del año 1986, realizado a partir del montaje conceptual de trenes intervenidos por grafiteros, luces, sonidos, en un retrato de la ciudad de NY de los 80. Siegel es un fotógrafo que se ha dedicado a captar el espíritu de la ciudad de NY en todas sus épocas.
Es increible que alguna vez el barrio de Bronx haya lucido asi:







Capturas de pantalla de la serie

Pero más increíble aún es que en medio de toda esa desolación se haya gestado el hip hop, uno de los movimiento culturales más importantes del siglo XX y que aún está vigente. Basta ver la lista de los hits en Billboard para comprobarlo. Otra de las fuentes de donde la serie extrae las imágenes que le aportan realismo documental es Lefty - Erinnerung an einen Toten in Brooklyn (Zurdo, memoria de un muerto en Brooklyn), una cinta de 87 minutos rodada en 1978, realizada por un equipo de la cadena alemana de televisión NDR sobre las bandas callejeras de Nueva York y dirigido por el documentalista Max H. Rehbein.
En la serie, los cuatro elementos constitutivos del hip hop están estereotipados en cada uno de los chicos que luego formarán la banda The Get Down:  Boo-Boo es grafitero,  Ezekiel 'Books' Figuero es DC (rapero, poeta),  Ra-Ra es B-Boy (breakdance) y  Shaolin Fantastic es DJ.
La serie está orientada al público masivo y por lo tanto debe estereotipar al extremo. Es una serie para las personas formadas en la historia del movimiento y, si no vivieron en NY en los 70 hubieran deseado hacerlo. Es una serie donde lo más potente no está dicho, donde sin el deseo del espectador no sería mucho. Pero también es una serie, como el hip hop, que necesita la distancia del espectador para poder disfrutarla. No tengo del todo claro si ese movimiento tan potente, que se percibe más allá del significado de sus letras, y que por lo tanto para los que ignoramos el inglés es tribal, porque se nos manifiesta casi exclusivamente por el ritmo y la repetición, hubiera sido de mi agrado si yo hubiera convivido en los bordes de la sociedad que generó las condiciones de vida inhumana que le permitió aparecer. Toda la música que importa nació en los márgenes y los márgenes casi siempre son digeribles solo cuando, a los no iniciados, se nos presenta como relato.