sábado, 18 de febrero de 2017

Eres lo que comes

Cierta vez, un periodista que se creía perspicaz, en medio de una entrevista por otro tema, quiso sorprender al intendente de la ciudad de Ramallo, Ariel Santalla, y le preguntó cuál era la comida típica de esa ciudad. El funcionario, político bicho, dictaminó ligero como un rayo: "La milanesa de armado". En la respuesta subyace la idea, diseñada por el marketing, de cada ciudad debe estar asociada a su gastronomía típica. Las ciudades, lo sabemos, son delimitaciones políticas de espacios geográficos compartidos. El armado, ese pez de carne firme y contorno monstruoso, nada por todo el río Paraná y en todas las ciudades de su costa se come la milanesa elaborada con su carne, pero está en la viveza del político, o del comerciante, del capitalista en definitiva, el adueñarse de ese commodity para convertirlo en objeto de deseo asociado a una comunidad. En Italia, país de montañas, los gringos aseguran que el jamón que se produce de este lado de la ladera es completamente distinto del que se produce del otro lado, lo cual obliga al paseante a probar los dos jamones para comprobar que son exactamente iguales.
A veces la operación de marketing nace a una escala muy pequeña y se disemina luego, ajeno de la voluntad de su creador,  por toda una región. Es lo que sucedió con el ya clásico Pollo a la marinera, plato creado por Don Juan Oyarzún y su hijo Alfonso Farías para posicionar el restaurant Picapiedras con el que esperaban hacerse un lugar en la gastronomía de la ciudad chilena de Constitución cuando llegaron en 1974, provenientes de la ciudad de Talca, y que hoy, en todas sus variantes, se sirve en muchos restaurantes y cocinerías de la región del Maule. Aunque en otros lugares el nombre viró a Pollo Mariscal, como por ejemplo en el restaurant La viejas cochinas de la ciudad de Talca, donde los mariscos se sirven pelados. Es un plato que combina tres carnes, pollo, cerdo (bajo la forma de longanizas) y mariscos sumidos en un caldo cuya originalidad proviene de las especias con que está condimentado y que es el secreto mejor guardado de sus creadores.
Constitución es una ciudad marítima, ubicada sobre la costa del océano Pacífico, que tiene como atractivo unas enormes piedras que yacen sobre la playa y una inédita montaña de arena volcánica que padres e hijos usan para trepar y observar el mar con la esperanza de ver a Japón del otro lado. El océano es muy frío y no dan ganas de meterse, pero si de caminar de roca en roca para observar las aves que las habitan y sacarse selfies muy poderosas. La ciudad, que en el año 2010 fue desvastada por un tsunami que arrasó lo que encontró diez cuadras adentro, busca relanzarse y posicionarse bajo el mote de La Perla del Maule. Ahora, ya reconstruida, es depositaria de turistas que hasta hace poco solo buscaban la caminata por sus playas de arena negra y las selfies. Sin embargo, desde que llegaron los señores con su restaurant e inventaron uno de los platos más deliciosos de la costa chilena, los visitantes tienen un atractivo más. El Pollo a la marinera es una comida que agrega a su originalidad el contener su propia bebida, el caldo en que está cocinado el ave y los mariscos se sirve en unas tacitas rociado con limón.
Cuando Juan Oyarzún, a quien llamaban Juanito Picapiedras falleció, su esposa María Nemi lo siguió cocinando varios años. Ahora su hijo Iván Jorge Alfonso Farías Nemi y su esposa Luisa Sandoval, son los encargados de continuar la tradición, que para ser efectiva, ya lo sabemos, debe estar montada en un relato. A continuación Alfonso nos relata.





El Restaurant Picapiedras






Playa y piedras de Constitución







sábado, 11 de febrero de 2017

Talca, ciudad dibujada

La ciudad de Talca es el museo a cielo abierto del graffiti chileno. Al mejor estilo de los dibujos del Bronx de la década del 80, donde nació este arte callejero como uno de los cuatro elementos del hip hop. El parecido de estos trazos con aquellos no solo radica en el estilo, sino en la escenografía donde se presentan: sitios desbastados. En el Bronx, barrios abandonados por la desidia del gobierno de la ciudad de New York. En Talca, por el terremoto del 27 de febrero de 2010 que dejó al centro histórico de la ciudad hecho escombros. Aún hoy se ven los terrenos baldíos a pocos metros de la plaza principal, con anuncios de futuras reconstrucciones. Y también, como en aquella época, las voces oficiales y las personas más conservadoras ven al graffiti, no como una forma de expresión artística, sino como un enchastre urbano. Le pregunté al portero del estacionamiento de la triturada escuela céntrica, donde resiste la mayor colección de graffitis de Talca, por qué en esta ciudad había tantos. Me respondió: "Por qué acá hay gente muy cochina".
El edificio de las Escuelas Concentradas fue construido después del terremoto de 1928. Está ubicado en la calle 1 Norte, detrás de la plaza Cienfuegos, donde algunos días se realiza una gran feria de productores. Resultó dañado en el terremoto de 2010 y, en 2015, cuando iba a iniciarse su reconstrucción, un incendio destruyó la mitad de lo que quedaba. Actualmente está inutilizable para el dictado de clases y es habitat de pobres, mendigos, homeless y drogadictos. Ningún escenario mejor para la práctica del graffiti.






































Si bien, esta es la mayor colección de graffitis de toda la ciudad, los hay por todas lados, en las esquinas, en las fachadas, en los trenes y hasta en cárceles









Todo Chile parece ser la heredera del arte callejero nacido en los Estados Unidos. El artista y fotógrafo León Calquìn exhibe en su sitio web una colección de más de 300 mil imàgenes de graffitis de todo el pías. Allí comprobamos que el graffiti en particular, y el muralismo en general, es una de sus expresiones artísticas más populares.